Articulo de Opinión
Muchos son los años que España ha tardado en conseguir estar a la altura de los demás países de Europa y del primer mundo. Y mucho es el trabajo que le costó a nuestros padres y abuelos, conquistar derechos que se habían perdido tras el golpe de estado militar y la posterior dictadura.
Se ha tardado más de cuarenta años en conseguir el respeto y dignidad para la sociedad española, en general, y para que sus hijos y nietos, en particular, pudieran sentirse iguales al resto de los españoles, fueran de la provincia y pueblo que fueran, y que la diferencia de clases sociales fuera desapareciendo, eliminándose palabras del lenguaje coloquial del pueblo, tales como amo, señorito, dueño, señor, etc.
Así como que la clase trabajadora tuviera sus derechos reconocidos y convenios colectivos que garantizaran el cumplimiento de los compromisos adquiridos entre empresa y trabajador y unos agentes sociales o sindicatos que representaran a los trabajadores y velaran por la defensa de sus derechos.
Hace poco más de un lustro, todos los españoles presumíamos que en España se había hecho una transición de la dictadura a la democracia modélica, y de que teníamos una carta magna, una constitución, que preservaba el estado de derecho de todos los españoles, como si de una gran guardiana se tratara, y por lo tanto nada teníamos que temer, todo estaba garantizado y cualquier temor o miedo, pertenecía a tiempos pasados, eso ya no podía volver a ocurrir.
Nuestro Estado del Bienestar, tenía tres pilares muy importantes, fundamentales, rígidos y muy fuertes: Una sanidad pública gratuita, una educación pública gratuita y un sistema de pensiones y de prestación social sólido y solidario.
Durante décadas fue así y nada hacía temer nada. Es más, incluso se reconoció por Ley otro pilar muy importante en el estado del Bienestar, la Ley de Dependencia para personas con Discapacidad, algo que puso a nuestro país en la vanguardia del mundo, dándole dignidad a todas las personas con discapacidad y/o movilidad reducida y situando a la sociedad española como una sociedad justa, solidaria y que anteponía los intereses generales de los ciudadanos a cualquier otro interés particular.
Pero de la noche a la mañana, en algo más de cinco años, todo se ha vuelto turbio, inseguro, insolidario, injusto, con intereses particulares y/o partidistas que someten al pueblo y se ha perdido gran parte de todo lo conseguido durante tantos años.
Con una sociedad que apenas se moviliza, que apenas revindica y que poco a poco va asumiendo esta nueva realidad como algo que tenía que ocurrir y que no se puede hacer nada.
Los poderes fácticos de siempre, con sus innumerables tentáculos, se han encargado, poco a poco ya que no tenían prisas, de buscar dentro de la propia democracia como volver otra vez a coger el poder y hacer suyo el control de la situación, en lugar de ser del pueblo. “Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”, es la frase que una y otra vez repiten por todos los medios y de todas las formas, para que el ciudadano de a pie se lo crea y como si de un pecado se tratara y hubiera cometido, sienta remordimiento y vea normal que tengamos que pasar por este calvario, mientras que los ricos son cada vez menos y más ricos y los pobres son cada vez más y más pobres.
¿Dónde ha ido a parar todo lo conseguido?, ¿volveremos a recuperarlo?.
Primero desilusionaron al pueblo para que no votasen, mientras los suyos seguían votando y no faltaba ni uno. Una vez conseguido el gran poder, para hacerlo todo, se ha ido realizando contrarreformas para anular todos los derechos conseguidos o en todo caso minimizarlo como ha ocurrido en empleo, en educación, en sanidad, en pensiones, en prestaciones sociales, en materia judicial, en libertad de expresión, en igualdad, en libertad religiosa, en municipalismo, etc, etc. En definitiva en todo o casi todo, siempre con la excusa de que “Hemos vivido por encima de nuestras posibilidades” y lo peor de todo, lo han conseguido en democracia y con el poder de nuestros votos y/o de nuestras abstenciones.
“Es decir, han tenido la habilidad de hacer lo más parecido a un golpe de estado encubierto”
Alguien dijo alguna vez,“el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”, y una vez más y cerca de medio siglo después, cometemos los mismos errores y tropezamos de nuevo en la misma piedra.
La piedra es creernos lo que nos cuentan, flagelarnos y pelearnos entre nosotros y no ir a votar; mientras que ellos, “los que no defienden al pueblo”, no fallan, van a votar todos y consiguen el poder.
¿Volverá a ocurrir en las Elecciones Europeas?, lo veremos el 25 de Mayo.
@JAGarciaBonares