Dia de reflexión
Estimados bonariegos/as y amigo/as, os dejo una reflexión de un texto que he leído y creo que merece la pena meditar.
Hoy es el día de la reflexión política, el que supuestamente necesitamos para ir mañana a depositar el voto escuchando nuestros pensamientos y emociones gracias a que el ruido mediático cesa de repente: la campaña acaba para permitir que en el silencio surja un voto sosegado, una decisión responsable y meditada. Porque si lo que nos jugamos es importante en los tiempos calmos, lo es mucho más en estos tiempos de furia.
No debería ser tan difícil explicar la necesidad de ejercer el derecho y el deber de votar a unos ciudadanos que en su mayoría han conocido tiempos pretéritos, tan oscuros y tristes como recuerda la fecha de las elecciones: el 20N, la fecha elegida por el fascismo para anunciar la muerte del dictador haciéndola coincidir con el aniversario del asesinato de Jose Antonio Primo de Rivera.
El motivo no es la amenaza, hoy por hoy inexistente, de una vuelta de la dictadura, sino la necesidad de defender la democracia, hoy en peligro por la preeminencia, casi la dictadura, de la economía (mercados, agencias de calificación, multinacionales o bancos) sobre la política democrática (demos, pueblo) y la muy concreta amenaza de los tecnócratas, como acaba de ocurrir en Grecia e Italia, nuestras primas hermanas de riesgo.
Aunque, en efecto, nuestros sueños no quepan en las urnas, como arguyen con razón los indignados, hay que llenarlas de votos, con candidaturas concretas o en blanco, porque la democracia es el mejor sistema que hemos conseguido implementar hasta ahora para evitar la barbarie. Su gran virtud, que es el que ningún grupo pueda disfrutar de todo el poder, imponiendo así, de forma unilateral, su ideología y programa, es considerada como debilidad y fuente de deslegitimación. Y sin embargo es la verdadera naturaleza de la democracia: la apuesta por el acuerdo, que obliga a las partes a renunciar a la pureza de los ideales de cada una y encontrar el virtuoso consenso.
La democracia no es un ideal alcanzado, es un camino de perfección, un proceso en marcha, siempre cambiante, en que en cada momento histórico genera nuevos retos de participación como garantía del control sobre el poder por parte de los ciudadanos. En la medida en que un gobierno de tecnócratas, no elegido democráticamente, es una deslegitimación de la democracia que redunda en el descrédito de la política y los políticos, debemos felicitarnos de ir mañana a votar por los partidos que decidirán nuestros destinos el próximo cuatrienio. Asumir el gobierno de la crisis no es un plato de gusto: el 85% de los gobiernos europeos que la han gestionado han perdido las elecciones.
Así que les deseo una plácida reflexión que vaya más allá de las elecciones.
Buen día de reflexión y buen día de elección.
JAGarcia