sábado, 25 de diciembre de 2010

2010, Un año para reflexionar

Cepes-A, cierra el ejercicio albergando confianza en el futuro inmediato

Llegadas estas fechas resulta casi obligatorio realizar un balance de como ha ido el año que cerramos y con que perceptivas afrontamos el que llega.


Albergamos pocas dudas al señalar este año que acaba como aquel en el que se han sentado las bases para dar al traste con la crisis. Entendemos que se han hecho los deberes. Se han realizado las reformas necesarias. Se han ajustado los mecanismos necesarios y las decisiones importantes, que aun no se han tomado, están en vías de realizarse. Solo tenemos incertidumbre con respecto a acontecimientos sobre los que se tiene poco o ningún control. Léase aquellos que se pueden derivar de movimientos financieros, de calificaciones de riesgo-país incomprensibles y de otras actuaciones originadas por los llamados mercados financieros, agencias de calificación y entidades crediticias supranacionales que crean incertidumbre sobre los tímidos avances conseguidos a lo largo del ejercicio.

Si analizamos el año de forma global a través de dos de sus grandes cifras, crecimiento económico y tasas de desempleo, vemos que el PIB comienza a crecer tímidamente, cuando no a sostenerse, y los datos registrados por las oficinas públicas de empleo se asemejan a aquellos que teníamos antes de la crisis. No queremos decir con ello que estemos en situación de echar las campanas al vuelo, el desempleo sigue siendo dramático para muchas personas y familias además de un lastre económico y social para toda la sociedad, pero sí que comienzan a darse resultados palpables de una mejora sustentada en bases que pueden llegar a ser firmes a lo largo del año entrante.

La Economía Social andaluza, hace ahora un año, ya cerró creciendo en empleo. Tendencia que se ha prologado a lo largo de varios trimestres de 2010. Circunstancia nada fuera de lo común si tenemos en cuenta que el Sector ha demostrado tradicionalmente su flexibilidad y capacidad de adaptación a cualquier coyuntura económica. Así, en épocas de bonanza ha crecido muy por encima de otros sectores y llegada una época de incertidumbre como la que atravesamos es capaz no solo de mantener prácticamente intacto su tejido productivo sino de comenzar a crecer y crear empleo antes que los sectores empresariales tradicionales.

Las restricciones financieras, la contracción en el consumo, el incremento de la morosidad, la pérdida de confianza y otras circunstancias aparejadas han repercutido en las empresas del Sector. Pero siempre, la Economía Social ha salido fortalecida de coyunturas como la actual. De hecho, en no pocas ocasiones, nuestras empresas han sido el resultado de la respuesta de los propios trabajadores a una situación de crisis. En este sentido hay que afrontar la situación actual con esa madurez que demuestra hoy el Sector, que sabe y es consciente de que la crisis, como todas, es pasajera y estamos - mercados financieros mediante- asistiendo a las postrimerías de la misma.

CEPES-A cierra el ejercicio albergando confianza en el futuro inmediato. No puede ser de otra forma cuando después de un año de arduo trabajo, mediatizado por difíciles circunstancias económicas y sociales, vemos resultados positivos como los alcanzados económicamente en cuanto a consolidación empresarial y creación de empleo. También institucionalmente al afianzarse y crecer el papel jugado por la Confederación en la defensa y representación de los intereses del Sector. En diálogo social y concertación por haber conseguido, junto a los otros actores sociales firmantes, el prácticamente total desarrollo del II Pacto andaluz por la Economía Social –PAES -, su extensión provincial con la renovación de algunos pactos locales y la firma de otros nuevos, así como tener prácticamente ultimado la que será la III edición del PAES, del cual se esperan resultados aun mejores que los alcanzados con la anterior edición y, que por dar un solo dato, ha servido para afianzar o crear más de 1.400 empresas de Economía Social.

La Formación, la Innovación, la cooperación internacional y la comunicación y difusión de nuestra forma de hacer son otros campos en los que hemos constatado logros importantes. Pero, probablemente, si de algo nos sentimos orgullosos es de ver como nuestro modelo productivo fundamentado en unos principios y valores universales como la democracia, la participación, la solidaridad, la sostenibilidad, la responsabilidad social, la creación de riqueza y empleo de calidad vinculado a nuestra tierra comienza a tenerse en cuenta de cara al ansiado cambio en el régimen económico actual.

En definitiva cerramos un ejercicio en el que hemos trabajado, si cabe, con un mayor esfuerzo, austeridad e intentando optimizar los recursos en beneficio de nuestras empresas y de la sociedad andaluza. Del siguiente esperamos, entre otros hechos relevantes, poder seguir contribuyendo al desarrollo de un nuevo modelo productivo sostenible, tan cercano a los postulados que venimos defendiendo desde siempre. La adaptación de la normativa estatal sobre Economía Social y la futura Ley de Economía Sostenible; a nivel autonómico la reforma de la norma que regula las cooperativas andaluzas y, sobre todo, la continuidad del diálogo social concretado en la firma y desarrollo de la tercera edición del Pacto Andaluz por la Economía Social.

Este es el modelo económico en el que creemos y por el cual merece la pena trabajar. Animo y a seguir la Economía Social.

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